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miércoles, agosto 10

DESCANSAR


Pasé cerca de un mes sintiéndome mal, estaba decaída  con dolores de cabeza (cefaleas), náuseas y otros malestares, aún así seguía trabajando de 9 a.m. a 1 p.m. y de 3 p.m. a 8 p.m. Creo que desde ese momento el lobo comenzó a enviar señales de que requería un descanso, hice caso omiso a esa señales y continué con mi ritmo de vida, de un lado a otro, trabajando, etc., etc.

Hace 3 días no podía ni dormir, me levantaba tarde al trabajo y regresaba nuevamente a dormir, con dolor corporal, un dolor en el pecho como si hubiera corrido 5 kilómetros. Con la fatiga típica a todo lo que da, el solo bañarme me cansaba y en ocasiones el solo hablar también.

No quería "darme por vencida" y dejar que el "lobo ganara" ¿Que ganara qué? yo les pregunto. Es por ello que prefiero usar el término "conviviendo con mi lupus" Porque luchar para mí es ver quién puede más, y yo se que el lobo puede más, pero solo si yo se lo permito.

Hice caso a las señales y tomé una decisión difícil de abandonar un trabajo que disfrutaba mucho, reía, la pasábamos bien todo el personal, el jefe nos invitaba comidas, desayunos, raspados. Es un buen jefe y sé que extrañara ese trabajo.

Por cierto lo que no les dije es que mis planes de salirme ya los tenía, solo que pretendía terminar todo Agosto y esa lucha entre la meta que yo me había fijado y lo que el lobo me estaba forzando, tardé en tomar la decisión  porque creía erróneamente, que el lobo ganaría. No ganó y no ganará. Porque es más importante mi salud y en mi caso si requiero salirme de trabajo lo haré y me enfocaré en mis proyectos, afines a mi carrera y con los cuales también ganaré dinero.

Me duele contarles que en un trabajo en la cual yo no sea mi propia jefa, estaré jodida siempre y no porque no pueda, sino que conozco mis límites, se lo que puedo hacer y se que no toda la vida.

Por eso dejo mi ego a un lado y me enfoco en mi salud y en los proyectos que mantengan al lobo dormido, como hasta ahora, que solo despierta para darme unos arañazos o mordiscos, pero no se atreve a arrancarme de tajo la piel.

Y todo esto para decirte:
Cuando me esforzaba por vencerte, maldito lobo, más atacabas, en ocasiones eres tan sabio que me das algunos mordiscos para que me detenga y en esta ocasión te hice caso, decidí que no quería arrancaras un trozo de mi piel y con ello un trozo de vida. Decidí alejarme de cosas que disfrutaba y no lo niego me dió tristeza, porque me sentí débil, perdedora y tuve mucho coraje.

Hasta que puse en primer lugar mi salud y acepté que era solo un trabajo, y que mi vida y salud valen más, dejaste de atacarme y mi cuerpo y mi ánimo comienzan a estar en su balance.

Gracias lobo, también por enseñarme que a veces hay que hacer un alto y revisar nuestro cuerpo y todas sus señales.

Anabel.chr

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