Dolor,  rigidez e inflamación de articulaciones pueden ser síntomas de  enfermedades reumáticas a diario lastiman y disminuyen la libertad de  movimiento, flexibilidad e incluso causan deformaciones.      
En  México, 10 por ciento de la población general padece alguna enfermedad  reumática, de la más de 150 existentes, las enfermedades reumáticas son  la primera causas de pensión por invalidez en el IMSS, con una tasa de  1.38 personas por cada mil derechohabientes y están dentro de las  primeras diez causas motivo de consulta con el médico familiar. 
Existen tres principales padecimientos reumáticos: osteoartritis, artritis reumatoide y lumbalgia.      
La osteoartritis es una enfermedad  crónico  degenerativa, causante de dolor y rigidez en articulaciones,  generalmente asociado como un rasgo exclusivo de la edad avanzada. Sin  embargo, existe un número grande de jóvenes que padecen síntomas  iniciales de la enfermedad.      
La  artritis reumatoide es un padecimiento de tipo autoinmune, en el que se  inflaman simétricamente las articulaciones; regularmente las de manos y  pies, lo que origina hinchazón y dolor, como síntomas principales, el  sistema inmune ataca al propio tejido que reviste y protege las  articulaciones. Ello origina que tanto cartílago, como huesos y  ligamentos se deterioren a un ritmo variable, lo que provoca la  formación de cicatrices en estas partes dañadas.      
En  cuanto a la lumbalgia o dolor de espalda, ocho de cada diez hombres y  mujeres han sufrido por este mal en algún momento de su vida, lo que la  convierte en uno de los principales motivos de consulta médica y  ausentismo laboral, ya que es un síntoma que interfiere en el desempeño  de las actividades diarias, y de acuerdo a su intensidad provocada desde  limitación de los movimientos hasta invalidez transitoria.      
Para  la atención de estas enfermedades, es necesario un enfoque  multidisciplinario e integral en el que converjan diversas  especialidades, obviamente reumatología, pero acompañada de ortopedia,  fisioterapia, psicología,  entre otras.      
Lo  primero y esencial en el tratamiento es eliminar el dolor e hinchazón  en las articulaciones, para esto, los especialistas recurrimos a  medicamentos modificadores de la enfermedad, que de alguna u otra forma  contribuyen a disminuir dichos síntomas y con ello el avance de los  daños.      
Mediante  diversas terapias físicas y farmacológicas evitamos el sufrimiento del  paciente al reducir, en primera instancia la inflamación y dolor por las  enfermedades reumáticas, esta acción contribuye a mantener activa a la  persona y por ende con una mejor calidad de vida.      
Es muy  importante  atender  cualquier dolor, inflamación o rigidez en las articulaciones, pues en  caso de no hacerlo y con el paso del tiempo, estos padecimientos podrían  propiciar daños importantes e irreversibles al organismo y limitaciones  físicas. 
 
 
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